Los puntos de presión tienen dos aspectos, uno el curativo que trata dolencias leves a enfermedades más severas, o la parte inversa, provocar daños dándonos la oportunidad de salir airosos de una circunstancia que podría llegar a un final no deseable.
La realidad es, que hoy por hoy nadie esta a salvo de sufrir una agresión, sea en la calle, en un cine o en nuestra propia casa. Incluso situaciones que nuestros seres queridos estén en peligro, nuestra pareja, nuestros padres o incluso nuestros indefensos hijos pequeños.
Una de las enormes ventajas que tiene aprender los puntos de presión, es que cualquier persona, sea por su condición física o por su edad, puede aprender y aplicar los puntos de presión con efectos sorprendentes. Estas aplicaciones no requieren de grandes movimientos, ni de una preparación física especial. Con técnicas sencillas, rápidas y eficaces, podemos auto defendernos y proteger a nuestra familia o amigos que sufran una amenaza que pueda peligrar su integridad.
Con el tiempo vamos envejeciendo perdiendo flexibilidad, fuerza y diversas facultades, que ya no podemos conservar porque los años pasan y cada vez nos cuesta más de manera natural conservar dichos atributos. Por lo contrario si conservamos las cualidades físicas anteriores, nuestros golpes se volverán más contundentes proyectándolos con menos fuerza.
La base de trabajo de los puntos de presión es, mínima fuerza máximo resultado. Aplicando los puntos correctamente los resultados son espectaculares, los efectos son mayores con la mitad de fuerza aplicada en un golpe normal, porque la gran diferencia de golpear a un punto de presión, es que hay un objetivo claro y directo. Cuando mayor sea nuestro conocimiento y práctica sobre los puntos de presión, lógicamente nuestra respuesta será más natural y rápida. Hoy en día nos encontramos con la dificultad de dedicar tiempo a cualquier cosa que no sea trabajo, casa y familia. A, B y C y vuelta a lo mismo, cualquier Arte Marcial necesita de un tiempo “prudente” para dominar, tener confianza y seguridad para llevarlo a la practica con éxito.
Por: Federico Asensio
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